“Buscar
información en internet es como querer tomar un trago en una boca de incendios”
Mitchell Kapor.
Que el
contenido de internet crece y crecerá exponencialmente en las próximas décadas
es un hecho que no podemos ignorar. Siguiendo a Clay Shirky (shirky.com)
"El hecho de que cualquiera pueda comenzar un
blog o abrirse un perfil en una red social y comenzar a añadir contenido que
será indexado por los motores de búsqueda, ha eliminado cualquier filtro a la
publicación de contenidos a los que estábamos acostumbrados en las últimas
décadas".
En consecuencia podemos llegar a sentirnos presos de la sobrecarga de información (Toffer,
Alvin 1970). Este término hace referencia al estado de contar con demasiada
información para tomar una decisión o permanecer informado sobre un determinado
tema. El contar con más datos, tener información al día, estar conectado de
forma permanente, no significa que se conoce más o se comprende mejor lo que
sucede. La
sobrecarga informativa no es inevitable, sino que suele ser una
elección propia o el producto de un filtro demasiado poco afinado para nuestros
gustos. Las claves están en varios frentes, y uno de ellos es lo
suficientemente revelador como para no dejar que pase de largo: la vanidad y el miedo a la irrelevancia
pueden a veces con nosotros, y es cuando caemos en un estado de sobrecarga
informativa. Esta saturación de información puede ser tan fuerte que nos
quedemos plantados en la incertidumbre y, paralizados por el exceso de oferta
sin saber de dónde obtenerla o sin tiempo para digerirla. No solo la
abundancia, sino también la velocidad a la que se renueva la información, nos
satura.
A la hora de seleccionar fuentes de información, conviene
recordar que no podemos saberlo todo y que se trata de ser capaces de seguir
nuestro sector con rapidez y eficacia.
Cuanto más específicas sean nuestras fuentes, mejor. El
poseer una disciplina en el consumo de la información y seleccionar los medios,
blogs o páginas que consideramos esenciales, así como poseer filtros para canalizar esta información,
nos evitará caer en la parálisis de flujo, esto es, la pérdida de la calidad de
los contenidos que leemos y, en consecuencia, de los que publiquemos y
ofrezcamos.
Presento aquí dos herramientas para atajar, en la medida de lo posible, esta sobrecarga de información. La primera de ellas la podemos utilizar en nuestro ordenador y en el de nuestro alumnado y, la segunda es una app para nuestro móvil, artilugio tan prescindible para nuestros adolescentes.
La primera:
Esta herramienta coge todos los enlaces compartidos por tus
contactos y los presenta de diferente manera: a tiempo real o mostrando los más
populares en distintos periodos de tiempo (van de las 8 a las 24 horas, una
suerte de “trendic topic” propios de tu
cuenta que te permite descubrir que es lo que la gente que tú sigues ve
interesante). Es una herramienta web que nos ayudará a filtrar información de interés
de nuestro timeline de Twitter.
La segunda:
Otra herramienta es Zite. Es una aplicación tipo magazine,
hecha para descubrir nuevo contenido de calidad y no tanto para leer nuestras
redes. Lo que sí hace es aprender de lo que nos interesa. Para eso ,lo primero
que hace es conectar con tu contenido para evaluarlo. Twitter, gReader, Delicious y Read It Later como base.
Una vez conectado, nos pide nuestros intereses para seguir. Mezcla todo y…
¡magia!
El enfoque desde el que he planteado la actividad nos lleva a concluir que una definición clara de los objetivos o de la información que queremos buscar, junto con la ayuda de filtros, nos harán receptores de una información de más calidad y a evitar, en parte, una sobrecarga de información.
Me parece interesate , no solo es una presentación sino un tutorial con unos brillitos de generosidad del conocimiento , Gracias
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